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lunes, 9 de julio de 2007




LA INDEPENDENCIA ARGENTINA

9 de Julio de 1816

Antecedentes

Desde los 1602 y el 1612, el territorio del Río de la Plata era conocido como “La Argentina” en toda Europa y en toda América, Del Barco Centenera y Ruy Díaz de Guzmán escriben el poema y el libro de historia de estas tierras, conocidas como “las tierras de la Plata”.

En el año del 1630, la Virgen de Luján se instala para siempre a orillas del Río Luján y los colores azul y blanco de su capa, son utilizados por las y los promesantes católicos para pedirle por sus seres queridos, con dos cintas una por cada color y del alto de la virgen 32 cm, dobladas en cuatro y cosidas en la camisa, corralera, chaqueta y/o saco o vestido, a la altura del corazón del promesante.

Después del 1800 dos hechos militares señalaron el nacimiento de la nueva Nacíón independiente.

El primero, cuando las Invasiones Británicas de 1806 y 1807 integrada por las fuerzas armadas de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales, ocuparon las principales ciudades del Plata, bajo la bandera de la “Union Jack” . Que dieron pié a la reacción de los habitantes criollos y españoles en La Reconquista y la posterior Defensa de Buenos Aires.

Fue tal el impulso de estas victorias sobre la nación más poderosa de esos tiempos, que el pueblo y el Cabildo inmediatamente después, ponen preso al Virrey Sobremonte y toman la conducción política del Virreynato, nombrando a Santiago de Liniers comandante de armas y, que luego las autoridades de España lo confirman como nuevo Virrey del Río del Río de la Plata. Esas actitudes de por sí, son una gran revolución para la época.

La reina del Plata y sus habitantes, vencedores dos veces de las Fuerzas militares británicas, toman conciencia de su fuerza y poderío, y se sienten con capacidad de gobernarse solos.

En 1809 el embajador británico en Río de Janeiro Lord Strangford, le envía a la Reina de Gran Bretaña un informe sobre el Virreynato del Río de la Plata, donde dice: que en poco tiempo más se producirá una Revolución y el nacimiento de un nuevo país, “porque los habitantes de Buenos Aires, lucían abiertamente las cintas azul y blanca en sus solapas, en sus sombreros y atadas a las cadenas de sus relojes”.

En esa fecha se instala en el Río de la Plata una escuadra naval de guerra de la Gran Bretaña, al mando de un comodoro que vivía en Buenos Aires, para cuidar los intereses británicos y de sus aliados españoles contra Napoleón (Francia), por el Tratado “Apodaca-Canning”. Esa escuadra de guerra no se retirará más del país hasta después de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay en 1870. Influyendo directamente en los gobiernos Patrios y en sus hombres más importantes. A partir de 1810, la Flota británica es la única conexión de Argentina con Europa y el mundo. Con los viajes de sus fragatas a Río de Janeiro y de allí a Londres.

Además de los buques con mercaderías, producto del “libre comercio” impuesto por el tratado a España, cuyas consecuencias sufrirán el territorio patrio, sus habitantes y las incipientes industrias y artesanos. Hasta que en 1835 don Juan Manuel de Rosas dicta le “Ley de Aduanas”, para proteger la industria y producción local.

En Mayo de 1810 se forma la Primera Junta de Gobierno, que asume en nombre de Fernando VII (igual que en Cádiz, Sevilla y otras regiones de España, invadidas por Francia y con los Reyes apresados).

Lord Strangford recomienda al enviado de la Primera Junta a Río de Janeiro, que “gobiernen en nombre de Fernando VII, dicten algunas normas y leyes, y que apoyen el libre comercio y nada de Independencia”.

La Banda Oriental (Montevideo) y Paraguay (Asunción) no se suman a la Junta de Gobierno de Buenos Aires.

En el país en especial en el Norte, se sucedían los intentos de los realistas, con combates y nuevas invasiones. (San José, San Lorenzo y Suipacha, los combates de Las Piedras en Salta y Las Piedras, en la Banda Oriental).

Belgrano avanza políticamente y crea en Rosario la Escarapela Argentina, con los mismos colores del por él también creado, Escudo del Consulado de Comercio del Río de la Plata (por el paño de la Virgen), Pero cuando presenta la Bandera Nacional a sus tropas formadas, el Triunvirato de Bernardino Rivadavia, le ordena esconderla y no utilizarla. Manuel Belgrano no se entera, por estar cumpliendo la orden de viajar a Jujuy y hacerse cargo del Ejército del Norte. Al llegar hizo jurar por el Ejército la Bandera Argentina a orillas del Río Salado y luego hacerla bendecir en la Plaza de Jujuy por el Presbítero Gorriti.

El segundo hecho militar, que abre la conciencia de los pueblos y habitantes del interior, es cuando Belgrano derrota a los realistas en las grandes victorias de Salta y Tucumán, desobedeciendo la orden de Bs As, de abandonar el Norte y hacer la defensa en Córdoba. El interior de la Patria siente lo mismo que los habitantes de Buenos Aires cuando derrotaron a los Británicos en 1806 y 1807, que podíamos gobernarnos solos en un nuevo país independiente.

La Asamblea del Año XIII, que tenía que dictar la Constitución Nacional, no lo logra.

En 1815 Gran Bretaña derrota a Napoleón en Waterloo y se da por finalizado el Tratado Apodaca-Canning de apoyo a España. Gran Bretaña deja de cuidar los intereses de España en el Río de la Plata. A partir de entonces sólo cuidan sus propios intereses políticos, comerciales y de los habitantes británicos que vivían en el país.

El Congreso de Tucumán

En esos momentos, San Martín, Belgrano y Güemes se hacen fuertes políticamente y logran llamar a un Congreso General Constituyente en Tucumán, lejos de Buenos Aires. Con diputados representantes de cada provincia, incluídos los representantes de las Provincias del Alto Perú (actual Bolivia).

Al mismo tiempo el criollo Artigas, organiza su propio Congreso en Concepción del Uruguay (Entre Ríos), por desconfiar del centralismo porteño. Se llamó la “Liga de los Pueblos Libres” y contaba con la presencia de diputados de las provincias de la Banda Oriental del Uruguay, de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fé y Córdoba. Con una línea política de neto corte “federal” y la simpatía de los pueblos “criollos” de las ex-misiones Jesuíticas Orientales, ocupadas por Portugal definitivamente desde 1816 en la Invasión al Plata del Gral Lecor. Que en 1820 derrota a José Artigas y anexa al Uruguay, como la “Provincia Cisplatina” del Imperio Luso-Brasileño.

Las sesiones comenzaron el 24 de marzo y el 3 de Mayo de 1816 el Congreso de Tucumán nombra como Primer Gobernante Constitucional Argentino al diputado por San Luis, don Juan Martín de Pueyrredon.

El 9 de Julio de 1816, juran la “Independencia de las Provincias Unidas” de España y de toda otra dominación extranjera. El Presidente del Congreso y diputado por San Juan don Francisco Narciso Laprida preguntó : "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España, su metrópoli y de toda otra dominación extranjera?". Lo que fue contestado por unanimidad.

Se cumplía el sueño de San Martín, Belgrano y Güemes, de tener nuestra propia escarapela, Bandera, Himno Nacional y la Declaración de la Independencia Nacional, como nación libre e independiente.
La Bandera Argentina fue consagrada con los colores "azul y blanco" por el Congreso de Tucumán el 20 de julio de 1816 y ratificada por el mismo cuerpo en Buenos Aires, el 25 de febrero de 1818. También ordena la utilización de la Bandera Nacional Argentina. Fijando también otras nuevas normas.
Durante la ausencia de los Jefes militares por las misiones que tenían que cumplir para el país (Belgrano, San Martín y Güemes, a cargo de las guerras por la Independencia), el centralismo porteño logra desplazar el Congreso de Tucumán a la ciudad de Buenos Aires. Y cierra sus sesiones con la Constitución Nacional de 1819, presentada finalmente con un neto lineamiento político “unitario y centralista”. Esto provoca la reacción de las Provincias del interior, que toman las armas y derrocan el Gobierno Nacional, anulan la Constitución de 1819 y cierran definitivamente el Congreso General Constituyente de 1816.

Con la desaparición del Gobierno Nacional da comienzo los años de anarquía desde 1820 y con un corto período de gobiernos unitarios en la provincia de Buenos Aires, con la influencia directa de Rivadavia y sus seguidores. Todas las provincias se gobiernan en forma aislada.

Esa misma Constitución unitaria de 1819, sirve de base a la nueva Constitución Nacional de 1826, apañada por Rivadavia y que también nace “unitaria”. Lo que provoca nuevamente, su anulación y el derrocamiento del segundo Gobierno Nacional proclamado.

Hasta que el Pacto Federal de 1831 (el primero de los Pactos pre-existentes), inicia el camino de la unidad de todas las provincias, en una nueva y gloriosa nación.


Sra. Jackeline L Luisi
Presidente

Alberto H. Silva
Secretario




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